Los duendes son espíritus traviesos que, según la tradición popular, habitan en algunas casas, donde causan ruidos y trastornos. Se dice que si un humano contemplaba la danza de los duendes, llegaba a descubrir que, aunque pareciera que habian pasado pocas horas, en el mundo real habrían pasado muchos años.
Los duendes son unos hombrecitos que se paran en una piedra y bailan sombrero en mano haciendo un ruido insoportable; todo caminante que escuche danzar a los duendes deben encomendar su alma a dios y pasar rapidísimo antes de que lo enduende...
Las versiones acerca de estos personajes son muchas, dicen que estos seres viven en las quebradas, particularmente en aquellas aguas cuyas aguas se precipitan en forma de cascada; esos lugares son favoritos de los duendes que visten estrafalariamente y usan sombreros enormes y calzan en ocasiones alpargatas y en otras zapatos como los de payasos de circo; su indumentaria esta de acuerdo con los días de la semana, pero generalmente usan colores vivos, las horas preferidas para sus reuniones son el medio día y las seis de la tarde. Hacia el sur oriental de la provincia del Carchi en Ecuador, existe un lugar conocido como Duendes, que ha sido temido desde hace mucho tiempo, por allí pasa una carretera abriéndose paso por entre verdaderos farallones para lograr una ruta que comunique a los pueblos con el resto del país.
Su nombre se debe a una tradición que se ha ido perdiendo, dicen que cuando se aproximaba la noche buena, entre las quebradas de Chulumhuasi y Chillaguagua, hoy conocida como Duendes, solía darse un insólito espectáculo: a las dos en punto salían un montón de hombrecitos, el más pequeño de todos tocaba un tambor que producía un ruido muy fuerte, a cuyo sonido danzaban los duendes, efectuando raros pasos y movimientos, se jalaban de los ponchos y cabellos, arrojaban los sombreros, mientras consumían un líquido contenido en unas botellas más grandes que sus mismos cuerpos, mas tarde se aproximaban a la chorrera de agua y trepaban afanosamente por una simple cuerda, luego se deslizaban vertiginosamente sobre el agua cayendo aparatosamente al pié de la cascada, con lo cual la bulla crecía cada vez más, de pronto los hombrecillos desaparecían, para surgir de nuevo a las seis dé la tarde y repetir los mismos actos.
Otra versión indica que se pueden ver duendes bailando en las praderas, especialmente en las noches y las mañanas de niebla, permitiendo entrar al círculo de la ubicación de su baile, llamado älvdanser(danzas Elf) o älvringar ( “círculo de los duendes”), sin embargo quien lo haga se convertirá en un anciano en pocos minutos, sin darse cuenta del tiempo real transcurrido en la danza. El orinar en uno de estos círculos causa enfermedades venéreas. Normalmente, estos círculos son atraídos por una multitud de setas pequeñas.
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